Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,[…]
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;[…]
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Al igual que Segismundo, el personaje emblemático de Calderón de la Barca, Los Pibes Corvina nos permitíamos soñar. El score abultado de la tercera fecha nos daba un trampolín anímico para intentar saltar a la cima del torneo.
Pero en el entretiempo de la cuarta fecha, el sueño parecía terminar, despertábamos a una realidad diferente a la deseada y al igual que Segismundo, nos encolerizamos con todo nuestro entorno.
“Que a mí no me la pasan”
“Que no quiero jugar en ese puesto”
“Juguemos con 3 pelotas así le damos una a cada uno de ustedes y la otra para nosotros”.
La ira por el resultado en contra (1 a 0 que bien podría haber sido 2 a 0 de no haber estado Ferreyra nuevamente a las puertas del cielo haciendo la de Dios), el monopolio de la pelota por unos pocos…todo eso nos jugaba en contra al momento de intentar hacer un balance de lo positivo del primer tiempo. Todo era negativo y el sueño se terminaba.
Pero el futbol es frenesí, es ilusión, alegría y desazón….pero no nos podíamos dar por vencidos a falta de 40 minutos.
Los punteros nos estaban ganando por la mínima y el gol de ellos fue producto de un error nuestro.
Así lo entendió Sanchez Carelli (El Mariscal siempre contra Tapiales locas saca algo desde adentro que motiva al resto) y con unos gritos de padre para sus hijos encarriló al equipo.
Y con un par de cambios posicionales, Los Pibes Corvina salieron a dar vuelta el resultado y la imagen.
Los 3 puntas ahogaron la salida del rival desde el arco, los volantes se desplegaban para marcar pero se juntaban para tocar, los defensores prestos a anticipar a los rivales y a comenzar cada jugada nuevamente de ser necesario.
De esa manera, redujimos su juego y creció el nuestro. Orrego por izquierda y Acuña por derecha comenzaron a desbordar a sus marcas. Pero el gol no llegaba.
El partido era nuestro en campo, jugadas pero no en resultado.
Corners y tiros libres ayudaban en ese mensaje, pero no a concretar a gol. Todo parecía ser cuestión de tiempo, pero la paciencia escasea en jugadores enfadados.
Afortunadamente tras un corner rival y en un contra ataque que parecía diluirse, Orrego, Acuña y Chavez presionaron en el mismo sector de la defensa rival, haciendose de la pelota justo en el momento en que el arquero de Tapiales se disponía a darle con alma y vida para rechazarla. Con un simple toque sutil, el arquero quedó pateando el aire, y Orrego tuvo la suerte de encontrarse con el arco desprotegido para anotar. Gol del jugador traido de Misiones que empieza a ganar en confianza y anota su primer gol con la casaca del equipo, igualando de esta forma la marca histórica del capitán, que tiene sólo 1 gol.
Pero si de goles se trata, nadie ha marcado más que Silva en esta era de Hielo que inició cuando de Matteis asumió como DT.
El segundo gol fue de su autoría al ejecutar un tiro libre en el borde del área. Tiro libre que se obtuvo cuando los defensores rivales entendieron que la única forma de frenar a Acuña era cometiéndole infracciones. Gran tarea de Santiago, el jugador proveniente del club Branca de Mercedes estuvo intratable en el segundo tiempo y parece pedir a gritos (Es que así fue en el entretiempo) abandonar el rol de volante central.
El gol de Silva fue similar a los que marcaba Batistuta en Italia, cuando la barrera estaba prácticamente en la lína de gol rival, sacudió con alma y vida sin darle posibilidad a nadie de interceptar ese tiro que infló la red.
Con la ventaja en el marcador, sólo restaba aprovecharse de las debilidades y nervios ajenos y un tercer gol de Acuña por sobre la salida del arquero fue anulado por considerar al joven Corvina en posición adelantada.
Los minutos pasaron y con la entrada de Diaz por un Silva extenuado se mantuvo la pelota lejos de nuestro arco. Un arco que Ferreyra supo defender por 80 minutos.
Victoria de Los Pibes Corvina sobre el puntero.
Victoria que permite soñar, porque el futbol es un sueño, y los sueños, sueños son.
con este engaño mandando,[…]
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;[…]
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Al igual que Segismundo, el personaje emblemático de Calderón de la Barca, Los Pibes Corvina nos permitíamos soñar. El score abultado de la tercera fecha nos daba un trampolín anímico para intentar saltar a la cima del torneo.
Pero en el entretiempo de la cuarta fecha, el sueño parecía terminar, despertábamos a una realidad diferente a la deseada y al igual que Segismundo, nos encolerizamos con todo nuestro entorno.
“Que a mí no me la pasan”
“Que no quiero jugar en ese puesto”
“Juguemos con 3 pelotas así le damos una a cada uno de ustedes y la otra para nosotros”.
La ira por el resultado en contra (1 a 0 que bien podría haber sido 2 a 0 de no haber estado Ferreyra nuevamente a las puertas del cielo haciendo la de Dios), el monopolio de la pelota por unos pocos…todo eso nos jugaba en contra al momento de intentar hacer un balance de lo positivo del primer tiempo. Todo era negativo y el sueño se terminaba.
Pero el futbol es frenesí, es ilusión, alegría y desazón….pero no nos podíamos dar por vencidos a falta de 40 minutos.
Los punteros nos estaban ganando por la mínima y el gol de ellos fue producto de un error nuestro.
Así lo entendió Sanchez Carelli (El Mariscal siempre contra Tapiales locas saca algo desde adentro que motiva al resto) y con unos gritos de padre para sus hijos encarriló al equipo.
Y con un par de cambios posicionales, Los Pibes Corvina salieron a dar vuelta el resultado y la imagen.
Los 3 puntas ahogaron la salida del rival desde el arco, los volantes se desplegaban para marcar pero se juntaban para tocar, los defensores prestos a anticipar a los rivales y a comenzar cada jugada nuevamente de ser necesario.
De esa manera, redujimos su juego y creció el nuestro. Orrego por izquierda y Acuña por derecha comenzaron a desbordar a sus marcas. Pero el gol no llegaba.
El partido era nuestro en campo, jugadas pero no en resultado.
Corners y tiros libres ayudaban en ese mensaje, pero no a concretar a gol. Todo parecía ser cuestión de tiempo, pero la paciencia escasea en jugadores enfadados.
Afortunadamente tras un corner rival y en un contra ataque que parecía diluirse, Orrego, Acuña y Chavez presionaron en el mismo sector de la defensa rival, haciendose de la pelota justo en el momento en que el arquero de Tapiales se disponía a darle con alma y vida para rechazarla. Con un simple toque sutil, el arquero quedó pateando el aire, y Orrego tuvo la suerte de encontrarse con el arco desprotegido para anotar. Gol del jugador traido de Misiones que empieza a ganar en confianza y anota su primer gol con la casaca del equipo, igualando de esta forma la marca histórica del capitán, que tiene sólo 1 gol.
Pero si de goles se trata, nadie ha marcado más que Silva en esta era de Hielo que inició cuando de Matteis asumió como DT.
El segundo gol fue de su autoría al ejecutar un tiro libre en el borde del área. Tiro libre que se obtuvo cuando los defensores rivales entendieron que la única forma de frenar a Acuña era cometiéndole infracciones. Gran tarea de Santiago, el jugador proveniente del club Branca de Mercedes estuvo intratable en el segundo tiempo y parece pedir a gritos (Es que así fue en el entretiempo) abandonar el rol de volante central.
El gol de Silva fue similar a los que marcaba Batistuta en Italia, cuando la barrera estaba prácticamente en la lína de gol rival, sacudió con alma y vida sin darle posibilidad a nadie de interceptar ese tiro que infló la red.
Con la ventaja en el marcador, sólo restaba aprovecharse de las debilidades y nervios ajenos y un tercer gol de Acuña por sobre la salida del arquero fue anulado por considerar al joven Corvina en posición adelantada.
Los minutos pasaron y con la entrada de Diaz por un Silva extenuado se mantuvo la pelota lejos de nuestro arco. Un arco que Ferreyra supo defender por 80 minutos.
Victoria de Los Pibes Corvina sobre el puntero.
Victoria que permite soñar, porque el futbol es un sueño, y los sueños, sueños son.
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