El sábado por la mañana se disputó en la sede de Benavidez el 3er encuentro entre Los Pibes Corvina y 85 Choppy. Los dos anteriores encuentros finalizaron con claros triunfos de Choppy pero siguiendo un patrón numérico que volvería loco al mismísimo Jim Carrey, ambas victorias se dieron un sábado 13. Afortunadamente este tercer encuentro se disputaba un sábado 9 disipando el miedo de la mente de los cabuleros de siempre.
Y LPC salió a ganarle al campeón.
Los primeros minutos del partido fueron favorables a la gente de Choppy que nos obligó a replegarnos demasiado, pero contrarrestamos el pressing con salidas por las bandas y conseguimos avanzar las líneas hasta la mitad de
Pero nosotros también atacamos, no habíamos ido a buscar un empate.
Un desborde de Colantonio terminó con el wing corvinero en el borde del área chica haciendo un pase a un compañero marcado para que este intente empujarla a gol. Pero la marca de Choppy supo despejar esa jugada. Por el sector derecho también lastimó Marino (Ocupó el lugar del lesionado Orrego) que atacó mano a mano al defensor rival pero su incursión fue contenida por el arquero rival que le leyó el auto pase.
Con sólo dos llegadas claras de nuestro lado (Quisimos lastimar de pelota parada pero sin éxito) nos fuimos al descanso con la sensación de partido parejo y de trámite similar a un partido de ajedrez. Se proponían cambios “pieza por pieza” pensando en cómo herir sin quedar descompensados.
Los cambios en el entretiempo nos dieron variantes ofensivas, pero no fue gracias a esas variantes que se abrió el marcador. Todo el mérito se lo lleva la errónea salida tras el saque de mitad de cancha de la saga de Choppy. Requejo interceptó una mal pase y habilitó a Chavez que utilizó su cuerpo como barrera para terminar disparando de zurda al arco rival. El marcador nos mostraba por delante.
Pero el empate de Choppy no se hizo esperar, en una jugada de ataque que parecía diluirse encontraron un penal que canjearon por gol. El Dr. Bilardo siempre dice que a un rival que está mirando la tribuna no se le debe hacer falta. Y ese fue nuestro gran error en esa jugada, indiscutible penal en el cual el delantero fue golpeado en el pie de apoyo cuando se estaba diluyendo de a poco el peligro de gol.
Con el partido empatado, el trámite se pareció mucho al del primer tiempo. Durante 10 minutos se volvió al estilo ajedrecista pero el clima se fue caldeando de a poco. Se aprovechó cualquier infracción para reclamar, ambos equipos sabían de la importancia de este partido y querían ganarlo con futbol o guapeza.
Así fue como, tras una doble amonestación, un jugador rival se fue expulsado. La balanza parecía inclinarse nuevamente para Los Pibes Corvina. Pero la superioridad numérica no fue suficiente y a base de un gran esfuerzo y riesgos defensivos, Choppy compensó ese jugador de menos. Sólo pudimos estirar la ventaja mediante un gran tiro libre de Silva al palo de la barrera, nuestro juego asociado falló durante casi todo el partido, cuota pendiente para las grandes citas.
Pero la ventaja volvía a ser esperanzadora, teníamos un posible triunfo en las manos. Estábamos
Y eso nos faltó, inteligencia.
Nuevamente caímos en la confusión, creímos que “dejar todo” significa “hacer faltas”, “trabar con la cabeza” significa “trabarles la cabeza a los rivales” y “poner” significa “pegar”. No muchachos, eso no es fútbol. O al menos no es el fútbol que todos queremos practicar. Cuando un rival está perdiendo y tiene un jugador menos se debe quitarles la pelota y hacerla circular para que su desesperación les juegue en contra. Si ellos cometen faltas, nos levantamos y aprovechamos el parate para descansar nosotros. Si ellos atacan con 4 jugadores nosotros defendemos con 5 (Total, tenemos 1 jugador de más). Faltó inteligencia para manejar la victoria.
Creo que muchos de nosotros deberíamos volver a leer los manuales de fútbol. Así no pecamos de inocentes ni de brabucones.
Y fueron dos faltas las que determinaron el resultado final del partido. Una patada de Requejo sobre la cabeza de un rival (Patada digna de Jean Claude Van Damme) y un nuevo penal innecesario de Perez Vega cuando un rival estaba rodeado por defensores que llegaban en auxilio.
El
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